Amar no es mirarse el uno al otro...
Cuentan los que lo han vivido, que celebrar las bodas de oro es mucho más emocionante que la primera boda. Quizá sea por los hijos, por las vivencias juntos, por los nietos, por los momentos buenos o malos, por las ausencias y en algunos casos por los bisnietos...
Amar no es mirarse el uno al otro, sino mirar juntos en la misma dirección. Algo deben saber de eso esta pareja que llevan haciéndolo nada menos que 50 años. Cuando los hijos de Cris y Ángel nos propusieron que narrásemos las bodas de oro de sus padres nos hizo mucha ilusión, para nosotros es algo más que una boda, es la celebración de una vida compartida. Nos emocionamos desde que les vimos llegar a la puerta de la iglesia del brazo de sus nietos mayores. Lloramos con las lágrimas de Cris al oír las palabras que les dedicaron sus hijos Jaime y Ángeles con la lectura que les hicieron todos sus nietos. Fue muy bonito el momento en el que una de sus nietas y su amiga les tocaron al violín o cuando el párroco les leyó el acta de la boda original, recordándo así aquel día, quienes fueron sus padrinos, sus testigos...Tiene que ser muy bonito y satisfactorio poder reunir a toda tu familia, la que has creado con tu pareja precisamente para celebrar eso: tu familia. Y luego invitarles a una fiesta en la que la música la ponen en la puerta de la iglesia el grupo de dulzainas en la que toca un nieto y dos de sus hijos. Una vez más el valor de la fotografía perdurará en el tiempo para recordar este fantástico día.¡Vivan los novios!
Un encanto de pareja...