Sabiamos que a Bea le gustaba mucho la fotografía, y no se da nada mal. Lo que no sabiamos esque llegaba hasta tal puntoque el día de su boda se nos hizo de noche realizando el reportaje y todavía quería seguir. Nosotros le insistiamos que llegariamos tarde al restaurante y que eso no nos gusta, por nosotros no tienen quer esperar nunca. Pero quería más fotos, decía, y con razón, que el día se pasa y que lo único que le iba a quedar como reuerdo eran las fotos. Y así fue que se encendieron las luces de llos monumentos de Segovia y, gracias a eso, tiene los recuerdos que tiene.