Disculpad mi imparcialidad
Me vais a perdonar que el primer post que haga de comuniones sea de mi hijo, pero no puedo por menos. El año pasado tomó su primera comunión y claro, las fotos son made in sus padres.
Hicimos la primera parte en el estudio, antes de la comunión y de ahí seleccionamos las que íbamos a dar a los familiares y amigos. Y la segunda parte la hicimos en el río, en un entorno precioso. Y para no variar terminó metiéndose en el agua. Si lo que más nos gusta de hacer reportajes de comunión es mostrar a los niños tal y como son, y para ello, les pedimos que se diviertan; con nuestro hijo no podríamos hacer lo contrario, así que...¡al agua patos!. Además es su elemento.
Planteamos el reportaje de comunión como un momento ideal para hacer fotos a toda la familia y así tener un recuerdo perfecto de una época concreta. O al menos con sus hermanos, si los hay. Nos interesa mucho el tema de construir recuerdos en la infancia. ¿Recordarán de mayores cuando se hicieron el reportaje de Comunión?. Yo sí que recuerdo ese día. Y por eso me gusta que se lo pasen bien, para crearles un momento divertido.
El resultado son unas fotos espontáneas, naturales y extrovertidas. Si los niños son serios, tienen que salir serios. Si son alegres, tienen que salir riendo, cada uno es como es, no se trata de forzarlo, son personitas, no muñecos de cera...
Un encanto de niño...